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LAS ANDANZAS DEL SIONISMO EN PALESTINA

LAS ANDANZAS DEL SIONISMO EN PALESTINA Recientemente hemos podido ver cómo en Palestina, y concretamente en Cisjordania, el Estado de Israel procedía a desalojar diferentes asentamientos de colonos sionistas, ejecutando así el plan de Sharon de cara a llevar a cabo una completa pacificación de la región y así posibilitar la creación de un Estado Palestino.
Nada de esto puede ser más que un engaño y una patraña de la estrategia sionista para ganar tiempo. Son bien conocidos los problemas demográficos que el propio Estado de Israel tiene para, ya no sólo mantener su seguridad sino incluso su misma existencia a largo plazo, lo que le hará cada vez más necesario depender de otros países, especialmente de EE.UU., pero también hay que tener en cuenta que los EE.UU. no van a durar para siempre, y ya comenzamos a percibir que los mismos EE.UU. comienzan a dar los primeros síntomas de agotamiento.
Las migraciones de la diáspora no son suficientes como para suplir la carencia demográfica que con el paso del tiempo se va acusando cada vez más, de esto se deriva la necesidad de ganar tiempo, y la forma de hacerlo es la que está llevando a la práctica Ariel Sharon a través de su hoja de ruta con el desalojo de los asentamientos de colonos judíos en territorios que según las fronteras reconocidas internacionalmente por la ONU tras la guerra de los 6 días en 1967 no pertenecen al Estado de Israel. Así, Ariel Sharon lava la cara del Estado de Israel, de su propio gobierno y también en parte del sionismo internacional de cara al resto del mundo dando una imagen por la cual se hace creer que existe algún tipo de voluntad política y moral de los sionistas por querer restablecer la normalidad en la zona.
Junto a esto se añade la malévola necesidad del Estado de Israel de crear lo antes posible un Estado Palestino, que no supone, junto a la evacuación de los colonos de los asentamientos de Cisjordania, más que dar migajas al pueblo palestino cuyos integrantes tras la proclamación del Estado de Israel se convirtieron ipso facto en refugiados que fueron rápidamente recluidos en recintos y campos. Desprovistos de cualquier ciudadanía y por tanto de cualquier derecho, los palestinos han requerido la ayuda de organismos internacionales para hacer frente a su precaria situación económica, social y alimenticia, esta ha sido la penosa forma de subsistir de este pueblo durante las últimas décadas.
Pero el fondo de la cuestión es que no se dice que esos mismos colonos que hasta hace poco ocupaban asentamientos ilegales, esos mismos extremistas radicales y nacionalistas israelíes que lanzaban ácido a los soldados que acudían a desalojarlos y que se resistían violentamente utilizando como escudos humanos a sus propios hijos, serán también trasladados a otros asentamientos igual de ilegales que no forman parte oficial del territorio del Estado de Israel. Es de esta forma como Israel intenta dar unas migajas al pueblo palestino y a la comunidad internacional para acallar las críticas, pero también para dar esa fachada humanitarista mediante la cual redimen parte de su maltrecha credibilidad y su escaso prestigio más allá de sus fronteras.
Un Estado Palestino es a los ojos del sionismo internacional algo necesario para terminar con la resistencia palestina, para recuperar la credibilidad en parte perdida ante la comunidad internacional, y al mismo tiempo para garantizar cierta seguridad de Israel. Pero lo que esto mismo ha provocado, a causa de la hoja de ruta de Sharon, no ha sido más que un conflicto interno dentro de la propia sociedad israelí dividiéndola y enfrentándola contra sí misma, lo que ha favorecido el surgimiento de importantes grupos de extrema derecha sionistas, ultras religiosos y fuertes movilizaciones por parte de estas organizaciones radicales sionistas. Esto no es nada desdeñable, cada vez son más y mayores estos grupos, que en un futuro no muy lejano podrían llegar a dar lugar en futuras elecciones un gobierno extremista, más aún de lo que es el de Sharon, y contribuir así a una mayor inestabilidad en la zona.
Es fuerte y muy importante la financiación que el Estado de Israel recibe de destacables magnates judíos de las finanzas afincados en los EE.UU., y que desde la creación del propio Estado de Israel no han dejado de suministrar fondos económicos. Pero también la propia política exterior americana siempre ha beneficiado a Israel, hasta el punto de que el 100% de las propuestas de Israel al consejo de seguridad de la ONU. Y a esto hay que sumarle las ayudas militares que se han prestado mutuamente.
Israel ganará todas las batallas menos la última, pero esto sólo ocurrirá cuando se asuma que el sionismo constituye un problema mundial y que no se circunscribe única y exclusivamente al medio oriente.

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